¿Cómo equilibras tu dieta cuando hace calor?
El calor puede pasarnos factura a todos. Las altas temperaturas y el aumento de la humedad afectan no sólo a nuestro estado de ánimo, sino también a nuestro apetito y dieta. Nuestros cuerpos tienen necesidades diferentes en tales condiciones, por lo que es importante adaptar nuestra dieta a las condiciones reinantes. Una dieta equilibrada cuando hace calor no sólo nos permitirá sobrevivir a las altas temperaturas, sino que también aportará al organismo los nutrientes necesarios para la energía y el bienestar.
Hidratación: la base de una dieta veraniega
Cuando hace calor, nuestro cuerpo pierde mucho más líquido de lo habitual, por lo que una parte clave de la dieta veraniega es una hidratación adecuada. Es aconsejable beber al menos 2-3 litros de agua al día, y optar por bebidas ricas en electrolitos, como las aguas minerales naturales. Evita el alcohol y las bebidas con cafeína, pues pueden contribuir a la deshidratación.
Ligereza y sencillez: la clave de una dieta veraniega
Cuando hace calor, nuestro cuerpo absorbe mejor las comidas fáciles de digerir. Opta por platos ricos en fruta y verdura, que no sólo son fuente de vitaminas y minerales, sino también de agua. Las ensaladas, los batidos y los refrescos son ideales para las comidas o cenas de verano. Evita los alimentos pesados y grasos, que pueden pesarte el estómago y hacerte sentir pesado y perezoso.
Vitaminas y minerales: esenciales cuando hace calor
El calor es una época en la que debemos tener especial cuidado en aportar al organismo la cantidad adecuada de vitaminas y minerales. La vitamina C, E, el magnesio, el potasio y el hierro son componentes que ayudan a combatir los radicales libres y refuerzan el sistema inmunitario. Las verduras de hoja verde, los cítricos, los frutos secos, las semillas y el pescado y el marisco son fuentes ricas en estos ingredientes.
Evita los alimentos procesados
Durante los meses de verano, es buena idea renunciar a los alimentos procesados y difíciles de digerir. La comida rápida, los tentempiés salados o las bebidas azucaradas no sólo aportan calorías vacías, sino que también pueden hacerte sentir cansado y fatigado. En su lugar, elige productos frescos de temporada que te darán energía y te ayudarán a sentirte bien.
Regularidad en las comidas
Incluso en los días calurosos, no olvides comer con regularidad. Intenta comer raciones más pequeñas, pero más a menudo, preferiblemente cada 3-4 horas. Así evitarás sentirte pesado y darás a tu cuerpo un suministro constante de energía a lo largo del día.
Resumen
Una dieta equilibrada cuando hace calor requiere un poco más de atención y planificación, pero haciéndolo así puedes asegurarte de estar no sólo cómodo sino también sano durante todo el verano. Recuerda tener una hidratación adecuada, comidas digeribles, abundantes vitaminas y minerales y evitar los alimentos procesados. La regularidad en las comidas también desempeña un papel clave. Adaptando nuestra dieta a las condiciones estivales, podemos disfrutar de energía y bienestar incluso durante las mayores olas de calor.
