Comer sano en vacaciones: ¿cómo evitar los alimentos procesados?
Las vacaciones son una época de relajación y descanso, pero también una gran tentación en lo que se refiere a la comida. Los bufés llenos de alimentos procesados, los tentempiés callejeros llenos de azúcar y grasa, y la falta de comidas regulares, todo ello puede hacer que nuestra dieta se desvíe significativamente de lo que consideramos una alimentación sana. Entonces, ¿cómo podemos disfrutar de las fiestas sin abandonar los principios de una alimentación sana? He aquí algunos consejos que te ayudarán a evitar los alimentos procesados y a disfrutar de comidas sabrosas y sanas incluso en vacaciones.
La planificación es fundamental
Antes de emprender la aventura de tus vacaciones, merece la pena que dediques algo de tiempo a planificar tus comidas. Piensa dónde vas a comer y qué opciones tienes. Si vas a pasar la mayor parte del tiempo fuera del hotel, busca restaurantes de la zona que ofrezcan comidas sanas. También merece la pena comprobar si hay cerca un mercado o una tienda de productos frescos donde puedas aprovisionarte de fruta, verdura o especialidades locales.
Elige productos frescos y locales
Una de las mejores formas de evitar los alimentos procesados es elegir productos frescos y locales. No sólo estás apoyando la economía local, sino que también puedes estar seguro de que los alimentos que consumes están llenos de valor nutritivo. La fruta, la verdura, el pescado o la carne frescos no sólo son más sanos, sino a menudo más sabrosos que sus homólogos procesados.
Cocina tú mismo
Si tienes la oportunidad, cocinar tú mismo durante las vacaciones puede ser una forma estupenda de evitar la comida procesada. Muchos alojamientos ofrecen cocinas o cocinillas donde puedes preparar tus propias comidas. Esto te da pleno control sobre lo que comes y te permite experimentar con productos locales para crear platos sanos y sabrosos.
Elige bien en los restaurantes
Cuando visites restaurantes, intenta elegir con conocimiento de causa. Evita los platos fritos, las salsas pesadas o los aditivos procesados. En su lugar, elige comidas ricas en verduras, cereales integrales, pescado o carne magra. No tengas miedo de preguntar por la composición de los platos y pide que los modifiquen para que sean más sanos.
Bebe mucha agua
Recuerda que la hidratación es clave, sobre todo cuando estés de vacaciones en países cálidos. Bebe mucha agua, evitando las bebidas gaseosas azucaradas y los zumos con azúcar añadido. El agua no sólo te ayudará a evitar la deshidratación, sino que también puede reducir el apetito, lo que resulta especialmente útil cuando intentas evitar los tentempiés poco saludables.
Encuentra un equilibrio
Por último, recuerda que las vacaciones también son un momento para darse un pequeño capricho. No tienes que renunciar por completo a tus caprichos favoritos, pero intenta encontrar un equilibrio saludable. Permítete pequeñas desviaciones de tu dieta, pero no dejes que se conviertan en la norma. Comer sano no tiene por qué significar renunciar a los placeres de la comida, sólo tienes que enfocarlo con cabeza.